El estrés podría definirse como un conjunto de reacciones fisiológicas que se desencadenan cuando una persona está sometida a un estado de tensión nerviosa. Es, por lo tanto, una respuesta del cuerpo que se pone en marcha cuando alguien percibe una situación o un acontecimiento como amenazante.

Ante un estresor, se produce una respuesta fisiológica que pasa por la activación del eje hipofisosuprarrenal y del sistema nervioso vegetativo. El primero libera cortisol y andrógenos que pasan a sangre. El segundo provoca una activación simpática que secreta catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), hormonas encargadas de poner el cuerpo en estado de alerta (dilatan las pupilas, abren las vías respiratorias, aumentan la frecuencia cardíaca, movilizan el paso de glucosa y lípidos al torrente circulatorio, etc.).

 

El estrés, de entrada, no tiene que ser algo malo. Hay;

  • Estrés positivo o agudo, que nos permite movilizarnos para evitar un peligro —por ejemplo, si alguien cruza un semáforo en rojo y se da cuenta, cuando está a mitad del camino, que viene un coche a gran velocidad, es normal que su organismo genere una respuesta de estrés que le permita salir corriendo para que el vehículo no le atropelle—, y que se resuelve cuando el estresor pasa,
  • Estrés negativo o crónico, prolongado en el tiempo, que causa daño físico y psíquico —sería, por ejemplo, el que se presenta en el síndrome del trabajador quemado.
  • El estrés crónico, a menudo infradiagnosticado, puede llevar a sufrir enfermedades graves, como problemas cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares e incluso cánceres.

 

En la cavidad oral, el estrés crónico se ha relacionado con el bruxismo, con la disfunción temporomandibular, con la enfermedad periodontal…

  1. Gingivitis. El estrés afecta la capacidad o eficiencia para cepillarnos los dientes y usar hilo dental debido a que distrae una adecuada higiene y una mayor acumulación de residuos en las encíasy su inflamación.
  2. Periodontitis. La hormona del estrés, el cortisol, puede generar inflamación, lo que propicia un mayor riesgo de la enfermedad periodontal.
  3. Bruxismo. Cuando se rechinan y aprietan los dientes de forma inconsciente al dormir, o incluso despiertos, lo que provoca dolor en los músculos de la masticación y desgaste prematuro en los dientes.
  4. Disfunción de la Articulación Temporomandíbular.Al abrir se traba la mandíbula debido a la constante presión que se genera al apretar los músculos por estrés, lo que causa dolor en la misma o en la sien.

La relajación, la meditación, el ejercicio físico, el sentido del humor, las relaciones personales positivas y el tomarse las cosas con más calma son estrategias fundamentales para el manejo del estrés.