Una correcta higiene bucodental no se limita a un cepillado tres veces al día. El cuidado de nuestros dientes y encías implica algo más, porque también las consecuencias van más allá de una simple caries. Y es que la higiene oral está directamente relacionada con nuestra salud general. La boca es una de las partes del cuerpo que acumula más bacterias y si les damos tiempo para cultivarse acabarán provocando complicaciones, infecciones y enfermedades que pueden afectar incluso al corazón.
Cuidar nuestros dientes implica, por tanto, cuidar también nuestra alimentación y demás hábitos; estar atentos a los síntomas para poder prevenir; y, sobre todo, ser conscientes de que la dejadez puede llegar a tener consecuencias graves… que se podían haber evitado fácilmente.
Consecuencias para la boca
- Caries. Producida por los ácidos que generan los alimentos en descomposición, sobre todo si contienen alto nivel de azúcar. Ataca la superficie de las piezas dentales y si no se trata a tiempo puede acabar afectando al nervio y provocando la pérdida del diente.
- Erosión del esmalte. Provocada por la acción de los ácidos relacionados con la alimentación (especialmente azúcar, zumos, refrescos), que desgastan la superficie dental. Las consecuencias son dientes más amarillos e hipersensibles (al tacto, al aire, al frío/calor…).
- Gingivitis. La inflamación de las encías se produce por la acumulación de placa y bacterias en el cuello de los dientes. Además del intenso dolor, la inflamación provoca que las encías sangren.
- Periodontitis. Infección que se produce cuando la gingivitis no se trata a tiempo y se vuelve crónica. Destruye los tejidos que soportan los dientes y provoca su pérdida.
- Halitosis. Mal aliento producido por la descomposición de los restos de alimentos que quedan entre los dientes, en la lengua o en las encías.
Consecuencias para el resto del cuerpo
- Mala digestión. Al no realizar correctamente el proceso de masticación, los alimentos llegan al estómago de forma inadecuada.
- Alimentación insuficiente. Rechazamos los alimentos más difíciles de masticar limitándonos a una dieta blanda, que puede tener carencia de nutrientes.
- Baja autoestima. Una mala higiene bucal afecta negativamente a nuestra imagen, a nuestra autoestima e incluso a nuestras relaciones sociales.
- Enfermedades del corazón. Las bacterias que provocan la periodontitis llegan al corazón a través de la sangre y pueden provocar infartos o endocarditis (infección de los revestimientos interiores del corazón).
- Enfermedades de los pulmones. El incremento de las bacterias en los pulmones agrava enfermedades como la neumonía u otras afecciones.
- Hemorragia cerebral. Las bacterias orales pueden provocar estrechamiento de las arterias y coágulos en la sangre, dos factores de riesgo.
- Cáncer oral. El tabaco y el alcohol incrementan el riesgo de padecer periodontitis y cáncer en la boca, especialmente cuando existe una mala higiene bucal.
Hábitos para un buen cuidado de tus dientes
La buena noticia es que nunca es demasiado tarde para iniciar una buena rutina de salud bucodental. Estos son algunos sencillos consejos que te ofrecen los expertos de Porcovén.
- Cepíllate a conciencia. Tres veces al día, con pasta fluorada y mejor si es con un buen cepillo eléctrico. Termina con un enjuague bucal, para llegar a las zonas de difícil acceso para el cepillo. Cambia tu cepillo cada regularmente.
- Acuérdate del espacio entre los dientes, donde tienden a acumularse los restos de comida y la placa. Utiliza hilo o seda dental al menos una vez al día.
- Acude a una limpieza dental profesional cada seis o doce meses.
- Visita al dentista regularmente, una o dos veces al año. Es la mejor manera de prevenir y detectar posibles problemas de salud bucal.
- Cuida tu alimentación. Evita en lo posible los alimentos azucarados y ácidos, las bebidas gaseosas, alimentos como el café o el vino (manchan los dientes), bebidas energéticas, el alcohol… En cambio, procura tomar mucha fruta, verdura y lácteos (aportan calcio).