Los riñones son un órgano vital para el cuerpo, puesto que excretan sustancias de desecho tóxicas para el organismo, regulan el equilibrio del medio interno (homeostasis) y tienen una función endocrinometabólica que estimula la producción de glóbulos rojos, controla la presión arterial y permite mantener unos huesos fuertes.

Cuando los riñones son incapaces de realizar adecuadamente su función y de limpiar correctamente la sangre, debe recurrirse a una máquina que los sustituya. Las dos técnicas que pueden reemplazar la función renal son la hemodiálisis (hospital, 3 veces por semana) y la diálisis peritoneal (domicilio, 3-5 veces al día). En los casos más avanzados, puede ser necesario plantearse un trasplante renal.

El fallo en la función renal causa manifestaciones clínicas en todos los órganos y sistemas, y en un 90% de los casos hay sintomatología oral.
La persona con insuficiencia renal crónica puede presentar clínica estomatológica, que altera el funcionamiento normal de la cavidad oral:

    • Acumulación de placa bacteriana
    • Boca seca por disminución del flujo salival
    • Cambios gustativos (sabor metálico)
    • Caries
    • Desmineralización ósea
    • Enfermedad periodontal
    • Movilidad dental
    • Halitosis por el olor amoniacal (hedor urémico)
    • Palidez de mucosas
    • Tendencia hemorrágica (gingivorragia, petequias y equimosis)

El estado de inmunodepresión al que se encuentran sometidos las personas con insuficiencia renal crónica, así como la ingesta de determinados fármacos, la osteodistrofia renal (alteraciones óseas observadas en la insuficiencia renal crónica), la pérdida ósea y la restricción de la ingesta de líquidos, podrían guardar relación con esta mayor incidencia de patologías bucodentales.

Un estricto control de la higiene bucodental y alimentarse adecuadamente serán dos puntos fundamentales para evitar la aparición de todas estas manifestaciones orales y para mejorar la salud de los pacientes con insuficiencia renal crónica. Del mismo modo, será de vital importancia que el paciente que va a someterse a un tratamiento de diálisis visite previamente al odontólogo, para valorar su estado bucodental y poder tomar las medidas preventivas necesarias. Así, por ejemplo, la xerostomía o sequedad bucal que sufren las personas sometidas a diálisis puede verse aliviada mediante el uso de productos que mejoren la humectabilidad de la boca o que ayuden a estimular la producción de saliva, lo que reconstituye sustancialmente las condiciones de la cavidad bucal y permite alcanzar una mejor calidad de vida.