Entre muchas personas existe la falsa creencia de que realizar un cepillado dental muy fuerte ayudará a dejar nuestros dientes más limpios. Si bien esto puede parecernos lógico, la realidad está muy lejos de esto. Aplicar demasiada presión cuando estamos lavándonos los dientes debilita el esmalte, algo que nos puede causar serios problemas a la larga. Es lo que llamamos abrasión dental.

Tu dentista de confianza puede informarte acerca de cómo realizar una técnica de cepillado dental óptima para ti, evitando las problemáticas que comentábamos anteriormente.

Naturalmente esto no quiere decir que debas dejar de cepillarte los dientes, pero sí que la técnica que realices debe buscar maximizar la higiene, respetando siempre los tejidos orales.

 

¿Qué efectos tiene un cepillado fuerte?

Un cepillado agresivo ocasiona diferentes problemas en nuestra boca: desgasta el esmalte de los dientes, daña las encías causando la retracción y deja al descubierto la raíz dental lo que provoca sensibilidad.

Pero, además, la recesión de encías puede dar lugar a otras enfermedades, como las caries de raíz, que tienen más probabilidades de aparecer cuando dicha zona está expuesta.

Por otro lado, la raíz descubierta favorece la acumulación de placa bacteriana y, por tanto, la aparición de enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).

Además, como hemos mencionado anteriormente, las encías retraídas causan un deterioro estético. Esto se debe a que dejan la raíz dental a la vista y el diente se ve demasiado alargado.

 

¿Cuál es la solución a las encías retraídas?

Para poder solucionar la recesión de encías, lo primero es acabar con la causa concreta que ha originado la retracción. En este caso, el cepillado agresivo.

Una vez que comenzamos a cepillarnos los dientes de manera más suave, será el periodoncista el que determine si es necesario llevar a cabo un injerto para recuperar el nivel de encías anterior.

En caso de que así sea, es importante destacar que el tratamiento que se requerirá será siempre odontológico, ya que no hay ningún remedio natural por el cual la encía se recupere o regenere por sí sola.

En función del nivel de retracción que haya alcanzado la encía, el periodoncista podrá llevar a cabo un injerto de encía  que es una cirugía que consiste en extraer una pequeña muestra de tejido del paladar para posteriormente colocarla en la zona donde la encía se ha retraído.

 

La abrasión dental se puede evitar, si sabes cómo

El odontólogo asesorará acerca de qué tipo de pasta dental puede usar. Durante la visita a su dentista, éste le informará acerca del estado de su salud oral.

En caso de no evitar los factores que comprometen su salud oral podemos terminar sufriendo problemas dentales con el paso del tiempo: determinados pacientes refieren un aumento de la sensibilidad al frío o al calor.

Hay que saber también que sin esta capa de protección nuestros dientes serán más propensos a infecciones, por lo que si no cuidamos nuestra higiene oral tendremos un mayor riesgo de sufrir problemas como caries.

Como siempre decimos, la mejor técnica para evitar la abrasión dental siempre viene ligada a la prevención. Evitar mordernos las uñas, usar cepillos de dientes de cerdas suaves o medias son cosas muy sencillas que nuestra sonrisa nos agradecerá mucho, mucho tiempo.